Literatura Max Factor, Manuel Puig y los escritores corruptos latinoamericanos - Manuel Guedán

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Puede que Borges, Onetti, Vargas Llosa, Cortázar o García Márquez sean los nombres más famosos que ha dado la literatura latinoamericana, pero desde luego no bastan para explicar algunos fenómenos literarios posteriores. ¿Qué tiene la obra de Manuel Puig para atraer a creadores tan distintos como Murakami, Bolaño o Wong Kar-wai? ¿Por qué ha sido reivindicada por tantos escritores en las últimas décadas? ¿Qué motivos extraliterarios determinaron que fuera apartado de los círculos de prestigio de su época? El presente ensayo pretende responder a estas y otras preguntas.

Literatura Max Factor analiza además las especificidades de la obra literaria de Puig, que pasa por el reciclaje desprejuiciado de la cultura mainstream y el entertainment: las radionovelas, el cine de serie B, la publicidad, los talk shows y otros géneros corruptos ofensores del buen gusto; la mirada ambivalente sobre Estados Unidos; las manifestaciones de la tecnología; y la cuestión de género, donde se expresa el potencial desestabilizador de la loca y las distintas formas en que se manifiesta el control y los privilegios del discurso masculino sobre el femenino.

En la literatura latinoamericana del siglo xx hubo dos puntos de inflexión: uno en los años 60, con el rechazo que suscitaron la obra y la figura pública de Puig en la ortodoxia; el otro en los 90, cuando las estrategias de mercadotecnia de algunos escritores, de la industria editorial y de una España que buscaba renovar su contrato cultural con Latinoamérica se aliaron para buscar y lanzar al estrellato al relevo generacional del boom.

Puig diría en una ocasión: «Si pudiera, cambiaría todo lo que voy a escribir en la vida por la felicidad de esperar a mi hombre en el zaguán de la casa, con los rulos hechos, bien maquillada y con la comida lista». Afortunadamente, al menos para quienes vinieron después, eso no pasó.

«A Manuel Puig lo leí cuando estaba en el instituto. Me inspiró su manera de contar las historias, no el contenido sino la forma. Yo apenas utilizo un guión, tomo notas y luego hablo mucho con los actores, de la película y de la historia que quiero contar. En la literatura de Puig hay algo indefinible que me gustaría transmitir con mi cine».
Wong Kar-wai, director de cine

«Cuanto más serio me vuelvo en la vida real, más extrañas son las cosas que escribo. Por eso uno de mis escritores favoritos es Manuel Puig, con esa imaginación tan libre. Encuentro un punto en común muy fuerte entre su literatura y la mía».
Haruki Murakami, escritor

 


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Puede que Borges, Onetti, Vargas Llosa, Cortázar o García Márquez sean los nombres más famosos que ha dado la literatura latinoamericana, pero desde luego no bastan para explicar algunos fenómenos literarios posteriores. ¿Qué tiene la obra de Manuel Puig para atraer a creadores tan distintos como Murakami, Bolaño o Wong Kar-wai? ¿Por qué ha sido reivindicada por tantos escritores en las últimas décadas? ¿Qué motivos extraliterarios determinaron que fuera apartado de los círculos de prestigio de su época? El presente ensayo pretende responder a estas y otras preguntas.

Literatura Max Factor analiza además las especificidades de la obra literaria de Puig, que pasa por el reciclaje desprejuiciado de la cultura mainstream y el entertainment: las radionovelas, el cine de serie B, la publicidad, los talk shows y otros géneros corruptos ofensores del buen gusto; la mirada ambivalente sobre Estados Unidos; las manifestaciones de la tecnología; y la cuestión de género, donde se expresa el potencial desestabilizador de la loca y las distintas formas en que se manifiesta el control y los privilegios del discurso masculino sobre el femenino.

En la literatura latinoamericana del siglo xx hubo dos puntos de inflexión: uno en los años 60, con el rechazo que suscitaron la obra y la figura pública de Puig en la ortodoxia; el otro en los 90, cuando las estrategias de mercadotecnia de algunos escritores, de la industria editorial y de una España que buscaba renovar su contrato cultural con Latinoamérica se aliaron para buscar y lanzar al estrellato al relevo generacional del boom.

Puig diría en una ocasión: «Si pudiera, cambiaría todo lo que voy a escribir en la vida por la felicidad de esperar a mi hombre en el zaguán de la casa, con los rulos hechos, bien maquillada y con la comida lista». Afortunadamente, al menos para quienes vinieron después, eso no pasó.

«A Manuel Puig lo leí cuando estaba en el instituto. Me inspiró su manera de contar las historias, no el contenido sino la forma. Yo apenas utilizo un guión, tomo notas y luego hablo mucho con los actores, de la película y de la historia que quiero contar. En la literatura de Puig hay algo indefinible que me gustaría transmitir con mi cine».
Wong Kar-wai, director de cine

«Cuanto más serio me vuelvo en la vida real, más extrañas son las cosas que escribo. Por eso uno de mis escritores favoritos es Manuel Puig, con esa imaginación tan libre. Encuentro un punto en común muy fuerte entre su literatura y la mía».
Haruki Murakami, escritor

 


Puede que Borges, Onetti, Vargas Llosa, Cortázar o García Márquez sean los nombres más famosos que ha dado la literatura latinoamericana, pero desde luego no bastan para explicar algunos fenómenos literarios posteriores. ¿Qué tiene la obra de Manuel Puig para atraer a creadores tan distintos como Murakami, Bolaño o Wong Kar-wai? ¿Por qué ha sido reivindicada por tantos escritores en las últimas décadas? ¿Qué motivos extraliterarios determinaron que fuera apartado de los círculos de prestigio de su época? El presente ensayo pretende responder a estas y otras preguntas.

Literatura Max Factor analiza además las especificidades de la obra literaria de Puig, que pasa por el reciclaje desprejuiciado de la cultura mainstream y el entertainment: las radionovelas, el cine de serie B, la publicidad, los talk shows y otros géneros corruptos ofensores del buen gusto; la mirada ambivalente sobre Estados Unidos; las manifestaciones de la tecnología; y la cuestión de género, donde se expresa el potencial desestabilizador de la loca y las distintas formas en que se manifiesta el control y los privilegios del discurso masculino sobre el femenino.

En la literatura latinoamericana del siglo xx hubo dos puntos de inflexión: uno en los años 60, con el rechazo que suscitaron la obra y la figura pública de Puig en la ortodoxia; el otro en los 90, cuando las estrategias de mercadotecnia de algunos escritores, de la industria editorial y de una España que buscaba renovar su contrato cultural con Latinoamérica se aliaron para buscar y lanzar al estrellato al relevo generacional del boom.

Puig diría en una ocasión: «Si pudiera, cambiaría todo lo que voy a escribir en la vida por la felicidad de esperar a mi hombre en el zaguán de la casa, con los rulos hechos, bien maquillada y con la comida lista». Afortunadamente, al menos para quienes vinieron después, eso no pasó.

«A Manuel Puig lo leí cuando estaba en el instituto. Me inspiró su manera de contar las historias, no el contenido sino la forma. Yo apenas utilizo un guión, tomo notas y luego hablo mucho con los actores, de la película y de la historia que quiero contar. En la literatura de Puig hay algo indefinible que me gustaría transmitir con mi cine».
Wong Kar-wai, director de cine

«Cuanto más serio me vuelvo en la vida real, más extrañas son las cosas que escribo. Por eso uno de mis escritores favoritos es Manuel Puig, con esa imaginación tan libre. Encuentro un punto en común muy fuerte entre su literatura y la mía».
Haruki Murakami, escritor