María República - Agustín Gómez Arcos
María, la hermosa, la audaz María República, perdió a sus padres, fusilados en 1939. La guerra civil puso fin a toda una vida de esperanza, empujándola a ejercer la prostitución en un burdel barcelonés. Su tía, doña Eloísa-burguesa, amparándose en la ley de rehabilitación social, la encierra en un convento de clausura para regenerarla. Convento delirante, fruto de la magistral imaginación del autor, donde gobierna una jerarquía esperpéntica y terrorífica. La Madre Superiora, una hedionda duquesa artrítica está empeñada en hacer de María su digna sucesora.
Novela dura, en la que imperan la sordidez y la repulsión; pero la poesía de Gómez Arcos, latente en toda la obra, consigue el milagro de equilibrar tanta violencia y horror.
María, la hermosa, la audaz María República, perdió a sus padres, fusilados en 1939. La guerra civil puso fin a toda una vida de esperanza, empujándola a ejercer la prostitución en un burdel barcelonés. Su tía, doña Eloísa-burguesa, amparándose en la ley de rehabilitación social, la encierra en un convento de clausura para regenerarla. Convento delirante, fruto de la magistral imaginación del autor, donde gobierna una jerarquía esperpéntica y terrorífica. La Madre Superiora, una hedionda duquesa artrítica está empeñada en hacer de María su digna sucesora.
Novela dura, en la que imperan la sordidez y la repulsión; pero la poesía de Gómez Arcos, latente en toda la obra, consigue el milagro de equilibrar tanta violencia y horror.
María, la hermosa, la audaz María República, perdió a sus padres, fusilados en 1939. La guerra civil puso fin a toda una vida de esperanza, empujándola a ejercer la prostitución en un burdel barcelonés. Su tía, doña Eloísa-burguesa, amparándose en la ley de rehabilitación social, la encierra en un convento de clausura para regenerarla. Convento delirante, fruto de la magistral imaginación del autor, donde gobierna una jerarquía esperpéntica y terrorífica. La Madre Superiora, una hedionda duquesa artrítica está empeñada en hacer de María su digna sucesora.
Novela dura, en la que imperan la sordidez y la repulsión; pero la poesía de Gómez Arcos, latente en toda la obra, consigue el milagro de equilibrar tanta violencia y horror.