Arroyo - Susana Pampín
Un diario es una gran oda al tiempo presente. Casi no hay pasado, casi no hay futuro.
Es una especie de reconciliación con lo que se vive, una especie de alivio, de adopción de lo contemporáneo.
Arroyo es el diario que escribe Susana Pampín, ahí donde Gaby, la protagonista, se instala en el Delta del río Paraná por un tiempo extenso e indefinido. Gaby ya no cuenta los días, en cambio, se detiene a mirar. Se distrae con los distintos verdes, hace inventarios de pájaros, habla con los insectos. Poco a poco el arroyo va creciendo y la lectura se vuelve una experiencia salvaje, repleta de sonidos, de días que se apilan entre piraguas y mosquitos.
Pampín desata ese presente con mucha belleza, como alguien que le abre la puerta a un perro inquieto para que salga a correr.
Camila Fabbri
Un diario es una gran oda al tiempo presente. Casi no hay pasado, casi no hay futuro.
Es una especie de reconciliación con lo que se vive, una especie de alivio, de adopción de lo contemporáneo.
Arroyo es el diario que escribe Susana Pampín, ahí donde Gaby, la protagonista, se instala en el Delta del río Paraná por un tiempo extenso e indefinido. Gaby ya no cuenta los días, en cambio, se detiene a mirar. Se distrae con los distintos verdes, hace inventarios de pájaros, habla con los insectos. Poco a poco el arroyo va creciendo y la lectura se vuelve una experiencia salvaje, repleta de sonidos, de días que se apilan entre piraguas y mosquitos.
Pampín desata ese presente con mucha belleza, como alguien que le abre la puerta a un perro inquieto para que salga a correr.
Camila Fabbri
Un diario es una gran oda al tiempo presente. Casi no hay pasado, casi no hay futuro.
Es una especie de reconciliación con lo que se vive, una especie de alivio, de adopción de lo contemporáneo.
Arroyo es el diario que escribe Susana Pampín, ahí donde Gaby, la protagonista, se instala en el Delta del río Paraná por un tiempo extenso e indefinido. Gaby ya no cuenta los días, en cambio, se detiene a mirar. Se distrae con los distintos verdes, hace inventarios de pájaros, habla con los insectos. Poco a poco el arroyo va creciendo y la lectura se vuelve una experiencia salvaje, repleta de sonidos, de días que se apilan entre piraguas y mosquitos.
Pampín desata ese presente con mucha belleza, como alguien que le abre la puerta a un perro inquieto para que salga a correr.
Camila Fabbri