La muela - Rosario Villajos
«Una buena novela, rara, muy orgánica. Un universo peculiar que se basa, por encima de todo, en una manera de narrar, a un tiempo distante e incisiva.»
Elvira Lindo
«Una mirada desoladora a la contemporaneidad.»
Josep Maria Nadal Suau
«Cruel y compasiva, luminosa y negra, delirada y clarividente: así es La muela de Rosario Villajos.»
Begoña Méndez
«La verdad que merecemos las mujeres educadas en la comedia romántica. Un gozo y una revancha.»
Nerea Pérez de las Heras
«Una mirada cáustica, aguda y divertidísima sobre la experiencia de la feminidad, la migración y la precariedad en el mundo desarrollado. Una novela fresca, oscura y jugosa como un racimo de uvas negras. Imposible no darse un atracón.»
María Bastarós
Rebeca huye de su familia, del duelo no superado por la muerte de su padre y de una madre, casi ciega, que deja a cargo de su hermana. Ahora busca su lugar en Londres, donde sobrevive con un trabajo de cincuenta horas semanales en una sucia buhardilla compartida con ratones, a base de sopas de microondas, conversaciones imaginarias con David Attenborough y su hermana al otro lado del teléfono como único soporte. Sus nuevas amistades y futuras metas resultan tan efímeras como el empeño por comunicarse en otro idioma, y su soledad se vuelve tan profunda como el hueco donde estaba su muela.
A la manera de Leonora Carrington, quien escribía y pintaba con los desechos de la realidad, Rosario Villajos construye su obra con el detritus de la sociedad contemporánea. La muela es una novela perturbadora y delirante, que se lee con la intensidad con la que se admira un incendio y que destruye con el mismo material del que están hechos los sueños.
«Una buena novela, rara, muy orgánica. Un universo peculiar que se basa, por encima de todo, en una manera de narrar, a un tiempo distante e incisiva.»
Elvira Lindo
«Una mirada desoladora a la contemporaneidad.»
Josep Maria Nadal Suau
«Cruel y compasiva, luminosa y negra, delirada y clarividente: así es La muela de Rosario Villajos.»
Begoña Méndez
«La verdad que merecemos las mujeres educadas en la comedia romántica. Un gozo y una revancha.»
Nerea Pérez de las Heras
«Una mirada cáustica, aguda y divertidísima sobre la experiencia de la feminidad, la migración y la precariedad en el mundo desarrollado. Una novela fresca, oscura y jugosa como un racimo de uvas negras. Imposible no darse un atracón.»
María Bastarós
Rebeca huye de su familia, del duelo no superado por la muerte de su padre y de una madre, casi ciega, que deja a cargo de su hermana. Ahora busca su lugar en Londres, donde sobrevive con un trabajo de cincuenta horas semanales en una sucia buhardilla compartida con ratones, a base de sopas de microondas, conversaciones imaginarias con David Attenborough y su hermana al otro lado del teléfono como único soporte. Sus nuevas amistades y futuras metas resultan tan efímeras como el empeño por comunicarse en otro idioma, y su soledad se vuelve tan profunda como el hueco donde estaba su muela.
A la manera de Leonora Carrington, quien escribía y pintaba con los desechos de la realidad, Rosario Villajos construye su obra con el detritus de la sociedad contemporánea. La muela es una novela perturbadora y delirante, que se lee con la intensidad con la que se admira un incendio y que destruye con el mismo material del que están hechos los sueños.
«Una buena novela, rara, muy orgánica. Un universo peculiar que se basa, por encima de todo, en una manera de narrar, a un tiempo distante e incisiva.»
Elvira Lindo
«Una mirada desoladora a la contemporaneidad.»
Josep Maria Nadal Suau
«Cruel y compasiva, luminosa y negra, delirada y clarividente: así es La muela de Rosario Villajos.»
Begoña Méndez
«La verdad que merecemos las mujeres educadas en la comedia romántica. Un gozo y una revancha.»
Nerea Pérez de las Heras
«Una mirada cáustica, aguda y divertidísima sobre la experiencia de la feminidad, la migración y la precariedad en el mundo desarrollado. Una novela fresca, oscura y jugosa como un racimo de uvas negras. Imposible no darse un atracón.»
María Bastarós
Rebeca huye de su familia, del duelo no superado por la muerte de su padre y de una madre, casi ciega, que deja a cargo de su hermana. Ahora busca su lugar en Londres, donde sobrevive con un trabajo de cincuenta horas semanales en una sucia buhardilla compartida con ratones, a base de sopas de microondas, conversaciones imaginarias con David Attenborough y su hermana al otro lado del teléfono como único soporte. Sus nuevas amistades y futuras metas resultan tan efímeras como el empeño por comunicarse en otro idioma, y su soledad se vuelve tan profunda como el hueco donde estaba su muela.
A la manera de Leonora Carrington, quien escribía y pintaba con los desechos de la realidad, Rosario Villajos construye su obra con el detritus de la sociedad contemporánea. La muela es una novela perturbadora y delirante, que se lee con la intensidad con la que se admira un incendio y que destruye con el mismo material del que están hechos los sueños.