


Las vigilantes - Elvira Liceaga
Las vigilantes narra las relaciones que entretejen tres mujeres heridas por la pérdida. Julia acaba de regresar a Ciudad de México y no encuentra su lugar. Vive con su madre Catalina, terapeuta jubilada y voluntaria en un albergue para embarazadas donde reside temporalmente Silvia, una joven que viene del campo y que quiere aprender a leer y a escribir para redactar una carta a su bebé, que dará en adopción. Julia está resuelta a enseñarle y esta experiencia la obligará a ahondar en los propios lazos familiares, dominados por el vacío que dejó la prematura muerte de su hermana y el apego incondicional a su madre.
Con lucidez, Elvira Liceaga traza un mapa de duelos y soledades que nos conmueve, evocando los pequeños gestos y complicidades que nos ayudan a repensarnos.
Con una visión intimista de un México alejado de los tópicos, la historia que nos cuenta Elvira Liceaga es tan universal como lo suelen ser los cuidados y los dolores que nos carcomen a todas sin que se noten a primera vista.
— Brenda Navarro
Una mirada distinta, llena de agudeza y sensibilidad, que desenreda muy bien los ovillos que se tejen en las relaciones femeninas y familiares.
— Marta Jiménez Serrano
Las vigilantes narra las relaciones que entretejen tres mujeres heridas por la pérdida. Julia acaba de regresar a Ciudad de México y no encuentra su lugar. Vive con su madre Catalina, terapeuta jubilada y voluntaria en un albergue para embarazadas donde reside temporalmente Silvia, una joven que viene del campo y que quiere aprender a leer y a escribir para redactar una carta a su bebé, que dará en adopción. Julia está resuelta a enseñarle y esta experiencia la obligará a ahondar en los propios lazos familiares, dominados por el vacío que dejó la prematura muerte de su hermana y el apego incondicional a su madre.
Con lucidez, Elvira Liceaga traza un mapa de duelos y soledades que nos conmueve, evocando los pequeños gestos y complicidades que nos ayudan a repensarnos.
Con una visión intimista de un México alejado de los tópicos, la historia que nos cuenta Elvira Liceaga es tan universal como lo suelen ser los cuidados y los dolores que nos carcomen a todas sin que se noten a primera vista.
— Brenda Navarro
Una mirada distinta, llena de agudeza y sensibilidad, que desenreda muy bien los ovillos que se tejen en las relaciones femeninas y familiares.
— Marta Jiménez Serrano
Las vigilantes narra las relaciones que entretejen tres mujeres heridas por la pérdida. Julia acaba de regresar a Ciudad de México y no encuentra su lugar. Vive con su madre Catalina, terapeuta jubilada y voluntaria en un albergue para embarazadas donde reside temporalmente Silvia, una joven que viene del campo y que quiere aprender a leer y a escribir para redactar una carta a su bebé, que dará en adopción. Julia está resuelta a enseñarle y esta experiencia la obligará a ahondar en los propios lazos familiares, dominados por el vacío que dejó la prematura muerte de su hermana y el apego incondicional a su madre.
Con lucidez, Elvira Liceaga traza un mapa de duelos y soledades que nos conmueve, evocando los pequeños gestos y complicidades que nos ayudan a repensarnos.
Con una visión intimista de un México alejado de los tópicos, la historia que nos cuenta Elvira Liceaga es tan universal como lo suelen ser los cuidados y los dolores que nos carcomen a todas sin que se noten a primera vista.
— Brenda Navarro
Una mirada distinta, llena de agudeza y sensibilidad, que desenreda muy bien los ovillos que se tejen en las relaciones femeninas y familiares.
— Marta Jiménez Serrano