Las moradas - Nicolás Cabral
La de Nicolás Cabral es una de las voces más singulares de la nueva narrativa latinoamericana. Como en Catálogo de formas, su primera novela, he aquí una prosa construida mediante una inflexible depuración y, al mismo tiempo, plural. Dos citas abren este exigente libro de relatos: una de Santa Teresa de Jesús («Verdad es que no en todas las moradas podréis entrar por vuestras fuerzas…») y otra de Jacques Lacan («Toda entrada del ser en su morada de palabras supone un margen de olvido…»). En ellas se nos anticipa ya del mejor modo un texto hipnótico y fuera de lo común, lleno de voces y situaciones. Hay relatos en estas páginas que van de lo real a lo irreal, de lo aparentemente terrenal a lo fantástico. Pero por encima de los temas –y de la maestría para abordar las distintas maneras de escribir un cuento– hay algo que raramente encontramos en la mayoría de escritores del presente: la huida de lo consabido, el desdén por los lugares comunes.
La de Nicolás Cabral es una de las voces más singulares de la nueva narrativa latinoamericana. Como en Catálogo de formas, su primera novela, he aquí una prosa construida mediante una inflexible depuración y, al mismo tiempo, plural. Dos citas abren este exigente libro de relatos: una de Santa Teresa de Jesús («Verdad es que no en todas las moradas podréis entrar por vuestras fuerzas…») y otra de Jacques Lacan («Toda entrada del ser en su morada de palabras supone un margen de olvido…»). En ellas se nos anticipa ya del mejor modo un texto hipnótico y fuera de lo común, lleno de voces y situaciones. Hay relatos en estas páginas que van de lo real a lo irreal, de lo aparentemente terrenal a lo fantástico. Pero por encima de los temas –y de la maestría para abordar las distintas maneras de escribir un cuento– hay algo que raramente encontramos en la mayoría de escritores del presente: la huida de lo consabido, el desdén por los lugares comunes.
La de Nicolás Cabral es una de las voces más singulares de la nueva narrativa latinoamericana. Como en Catálogo de formas, su primera novela, he aquí una prosa construida mediante una inflexible depuración y, al mismo tiempo, plural. Dos citas abren este exigente libro de relatos: una de Santa Teresa de Jesús («Verdad es que no en todas las moradas podréis entrar por vuestras fuerzas…») y otra de Jacques Lacan («Toda entrada del ser en su morada de palabras supone un margen de olvido…»). En ellas se nos anticipa ya del mejor modo un texto hipnótico y fuera de lo común, lleno de voces y situaciones. Hay relatos en estas páginas que van de lo real a lo irreal, de lo aparentemente terrenal a lo fantástico. Pero por encima de los temas –y de la maestría para abordar las distintas maneras de escribir un cuento– hay algo que raramente encontramos en la mayoría de escritores del presente: la huida de lo consabido, el desdén por los lugares comunes.