Ya sentarás cabeza. Cuando fuimos periodistas (2006-2011) - Ignacio Peyró

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«El Madrid de la prensa ofrece estas curiosidades: uno empieza el día en el Ritz, al mediodía está en el Intercontinental, termina la tarde en el Palace y –por supuesto– sigue siendo igual de pobre.» Abrirse paso en la vida cuando uno es un joven corresponsal político en Madrid –entre barras y redacciones, libros y novias– puede ser un pretexto para la picaresca o el estoicismo, pero también la mejor educación para el periodista que quiere ser escritor. Lúcido en la observación, sin una gota de cinismo y con una misantropía templada por su vocación de felicidad, este diario es un viaje, tan literario como placentero, a ese momento entre juventud y edad adulta en que la vida comienza a ir en serio.

En la mejor estirpe de los escritores de diarios españoles e internacionales, la prosa inconfundible y la voz sabia de Ignacio Peyró –tan capaz de piedad como de sátira– lo confirman como el diarista de su generación.

«Es difícil no leer Ya sentarás cabeza mirando El cuaderno gris por el retrovisor. (…) no son solo una deliciosa crónica personal de la cotidianidad. El cuaderno del día a día es el escenario donde se desarrolla algo que perfora el presente.» Jordi Amat (Cultura/s – La Vanguardia)

«Inteligencia analítica, sofisticación y lucidez literaria (...). También hay valentía de juicio, autorretrato veraz, autoparodia mate y habilidad narrativa.» Jordi Gracia (Babelia – El País)

«Peyró es un heredero de Pla y Chaves Nogales.» Karina Sainz Borgo

«Los libros de Ignacio parecen hacer un centrifugado que empieza por la anécdota y se dirige hacia alguna esencia vital casi trascendente.» Luis Alemany (El Mundo)

«Peyró combina una erudición poco común con una afilada observación de la realidad y demuestra que la tradición puede ser algo rabiosamente moderno. Es inevitable recordar a Josep Pla al leer este dietario. (…) A la vez, el lector percibe que Peyró no ha querido parecerse a nadie.» Eva Cosculluela (ABC Cultural)

«Un monumental diario. (...) Un libro torrencial, en el que cabe casi cualquier cosa.» Carlos Prieto (El Confidencial)

«Va camino de convertirse en uno de los fenómenos editoriales de la temporada, ya que nunca un diario había sido recibido como lo ha sido éste.» José Carlos Llop (The Objective)

«En esta sociedad al por mayor y con prisas para todo, escribir de las cosas pequeñas en la intimidad de un diario parece una empresa quijotesca. Esas son las que agradan a Ignacio Peyró.» Guillermo Garabito (ABC)

«Ofrece un buen surtido de reflexiones "delicatesen" sobre el periodismo de aquel lustro.» Juan Carlos Laviana (Zenda)

«Humor e inteligencia, ambas cualidades están presentes en una miscelánea que es o podría ser también, a la manera de Trapiello, novela en marcha, pues uno de los aciertos del diario es que logra convertir a su autor en personaje.» Ignacio F. Garmendia (Diario de Sevilla)

«Una intensa apoteosis literaria, una auténtica fiesta de la inteligencia.» Jesús Ferrer (La Razón)

«Admirar el trabajo de este periodista y escritor es cada vez más inevitable. (…) Curioso, lúcido y reflexivo.» Forbes

«Brillante y culto. (...) El disfrute para el lector está asegurado.» Lois Caeiro (El Progreso)

«Dice Peyró en un apunte aforístico que "el precio de la precocidad es el arrepentimiento". Lejos de arrepentirse, aquí se hace perdonar los pecados de vanidad de entonces con el ejercicio de honestidad que implica compartirlos. Momentos brillantes e impúdicos y la gloria infrecuente de reírse de uno mismo.» Borja Martínez (Revista Leer)

«Peyró marca el paso de ida y vuelta entre periodismo y literatura consiguiendo un relato magnético, fiel retrato de su época.» Matías Crowder (Diari de Girona)

«Las lecturas de los libros de Ignacio Peyró han ejercido sobre mí un poderoso efecto.» Armando Pego (El debate de hoy)

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«El Madrid de la prensa ofrece estas curiosidades: uno empieza el día en el Ritz, al mediodía está en el Intercontinental, termina la tarde en el Palace y –por supuesto– sigue siendo igual de pobre.» Abrirse paso en la vida cuando uno es un joven corresponsal político en Madrid –entre barras y redacciones, libros y novias– puede ser un pretexto para la picaresca o el estoicismo, pero también la mejor educación para el periodista que quiere ser escritor. Lúcido en la observación, sin una gota de cinismo y con una misantropía templada por su vocación de felicidad, este diario es un viaje, tan literario como placentero, a ese momento entre juventud y edad adulta en que la vida comienza a ir en serio.

En la mejor estirpe de los escritores de diarios españoles e internacionales, la prosa inconfundible y la voz sabia de Ignacio Peyró –tan capaz de piedad como de sátira– lo confirman como el diarista de su generación.

«Es difícil no leer Ya sentarás cabeza mirando El cuaderno gris por el retrovisor. (…) no son solo una deliciosa crónica personal de la cotidianidad. El cuaderno del día a día es el escenario donde se desarrolla algo que perfora el presente.» Jordi Amat (Cultura/s – La Vanguardia)

«Inteligencia analítica, sofisticación y lucidez literaria (...). También hay valentía de juicio, autorretrato veraz, autoparodia mate y habilidad narrativa.» Jordi Gracia (Babelia – El País)

«Peyró es un heredero de Pla y Chaves Nogales.» Karina Sainz Borgo

«Los libros de Ignacio parecen hacer un centrifugado que empieza por la anécdota y se dirige hacia alguna esencia vital casi trascendente.» Luis Alemany (El Mundo)

«Peyró combina una erudición poco común con una afilada observación de la realidad y demuestra que la tradición puede ser algo rabiosamente moderno. Es inevitable recordar a Josep Pla al leer este dietario. (…) A la vez, el lector percibe que Peyró no ha querido parecerse a nadie.» Eva Cosculluela (ABC Cultural)

«Un monumental diario. (...) Un libro torrencial, en el que cabe casi cualquier cosa.» Carlos Prieto (El Confidencial)

«Va camino de convertirse en uno de los fenómenos editoriales de la temporada, ya que nunca un diario había sido recibido como lo ha sido éste.» José Carlos Llop (The Objective)

«En esta sociedad al por mayor y con prisas para todo, escribir de las cosas pequeñas en la intimidad de un diario parece una empresa quijotesca. Esas son las que agradan a Ignacio Peyró.» Guillermo Garabito (ABC)

«Ofrece un buen surtido de reflexiones "delicatesen" sobre el periodismo de aquel lustro.» Juan Carlos Laviana (Zenda)

«Humor e inteligencia, ambas cualidades están presentes en una miscelánea que es o podría ser también, a la manera de Trapiello, novela en marcha, pues uno de los aciertos del diario es que logra convertir a su autor en personaje.» Ignacio F. Garmendia (Diario de Sevilla)

«Una intensa apoteosis literaria, una auténtica fiesta de la inteligencia.» Jesús Ferrer (La Razón)

«Admirar el trabajo de este periodista y escritor es cada vez más inevitable. (…) Curioso, lúcido y reflexivo.» Forbes

«Brillante y culto. (...) El disfrute para el lector está asegurado.» Lois Caeiro (El Progreso)

«Dice Peyró en un apunte aforístico que "el precio de la precocidad es el arrepentimiento". Lejos de arrepentirse, aquí se hace perdonar los pecados de vanidad de entonces con el ejercicio de honestidad que implica compartirlos. Momentos brillantes e impúdicos y la gloria infrecuente de reírse de uno mismo.» Borja Martínez (Revista Leer)

«Peyró marca el paso de ida y vuelta entre periodismo y literatura consiguiendo un relato magnético, fiel retrato de su época.» Matías Crowder (Diari de Girona)

«Las lecturas de los libros de Ignacio Peyró han ejercido sobre mí un poderoso efecto.» Armando Pego (El debate de hoy)

«El Madrid de la prensa ofrece estas curiosidades: uno empieza el día en el Ritz, al mediodía está en el Intercontinental, termina la tarde en el Palace y –por supuesto– sigue siendo igual de pobre.» Abrirse paso en la vida cuando uno es un joven corresponsal político en Madrid –entre barras y redacciones, libros y novias– puede ser un pretexto para la picaresca o el estoicismo, pero también la mejor educación para el periodista que quiere ser escritor. Lúcido en la observación, sin una gota de cinismo y con una misantropía templada por su vocación de felicidad, este diario es un viaje, tan literario como placentero, a ese momento entre juventud y edad adulta en que la vida comienza a ir en serio.

En la mejor estirpe de los escritores de diarios españoles e internacionales, la prosa inconfundible y la voz sabia de Ignacio Peyró –tan capaz de piedad como de sátira– lo confirman como el diarista de su generación.

«Es difícil no leer Ya sentarás cabeza mirando El cuaderno gris por el retrovisor. (…) no son solo una deliciosa crónica personal de la cotidianidad. El cuaderno del día a día es el escenario donde se desarrolla algo que perfora el presente.» Jordi Amat (Cultura/s – La Vanguardia)

«Inteligencia analítica, sofisticación y lucidez literaria (...). También hay valentía de juicio, autorretrato veraz, autoparodia mate y habilidad narrativa.» Jordi Gracia (Babelia – El País)

«Peyró es un heredero de Pla y Chaves Nogales.» Karina Sainz Borgo

«Los libros de Ignacio parecen hacer un centrifugado que empieza por la anécdota y se dirige hacia alguna esencia vital casi trascendente.» Luis Alemany (El Mundo)

«Peyró combina una erudición poco común con una afilada observación de la realidad y demuestra que la tradición puede ser algo rabiosamente moderno. Es inevitable recordar a Josep Pla al leer este dietario. (…) A la vez, el lector percibe que Peyró no ha querido parecerse a nadie.» Eva Cosculluela (ABC Cultural)

«Un monumental diario. (...) Un libro torrencial, en el que cabe casi cualquier cosa.» Carlos Prieto (El Confidencial)

«Va camino de convertirse en uno de los fenómenos editoriales de la temporada, ya que nunca un diario había sido recibido como lo ha sido éste.» José Carlos Llop (The Objective)

«En esta sociedad al por mayor y con prisas para todo, escribir de las cosas pequeñas en la intimidad de un diario parece una empresa quijotesca. Esas son las que agradan a Ignacio Peyró.» Guillermo Garabito (ABC)

«Ofrece un buen surtido de reflexiones "delicatesen" sobre el periodismo de aquel lustro.» Juan Carlos Laviana (Zenda)

«Humor e inteligencia, ambas cualidades están presentes en una miscelánea que es o podría ser también, a la manera de Trapiello, novela en marcha, pues uno de los aciertos del diario es que logra convertir a su autor en personaje.» Ignacio F. Garmendia (Diario de Sevilla)

«Una intensa apoteosis literaria, una auténtica fiesta de la inteligencia.» Jesús Ferrer (La Razón)

«Admirar el trabajo de este periodista y escritor es cada vez más inevitable. (…) Curioso, lúcido y reflexivo.» Forbes

«Brillante y culto. (...) El disfrute para el lector está asegurado.» Lois Caeiro (El Progreso)

«Dice Peyró en un apunte aforístico que "el precio de la precocidad es el arrepentimiento". Lejos de arrepentirse, aquí se hace perdonar los pecados de vanidad de entonces con el ejercicio de honestidad que implica compartirlos. Momentos brillantes e impúdicos y la gloria infrecuente de reírse de uno mismo.» Borja Martínez (Revista Leer)

«Peyró marca el paso de ida y vuelta entre periodismo y literatura consiguiendo un relato magnético, fiel retrato de su época.» Matías Crowder (Diari de Girona)

«Las lecturas de los libros de Ignacio Peyró han ejercido sobre mí un poderoso efecto.» Armando Pego (El debate de hoy)