EPISTOLARIO DEL EXILIO - MARÍA DE LA O LEJÁRRAGA
Las 307 cartas que componen este epistolario familiar del exilio de María Lejárraga son un magnífico fresco de lo que fue su vida lejos de España, de donde partió en un viaje sin retorno el 19 de octubre de 1936, y permiten al lector recomponer su largo destierro, primero en Francia, más tarde en México, tras una breve estancia en Estados Unidos, y finalmente en Argentina. La especial relación que mantuvo con su hermano Alejandro, quien además actuó como su agente o representante en España, añade a su elevado interés vital y humano una dimensión esencial para conocer a la escritora durante esos largos años de exilio: las dificultades y penurias de los primeros momentos en la Francia ocupada, la necesidad de reinventarse como autora cuando Gregorio Martínez Sierra muere en 1947, la decisión de buscar nuevos horizontes en América a los 75 años, la imposibilidad de estrenar su teatro en Buenos Aires, su lucha infatigable por la vida, su dedicación plena a la literatura, sus proyectos y sus decepciones… Al margen de la relación con los suyos, único vínculo firme con la patria perdida, y de las múltiples noticias de primera mano sobre su vivir cotidiano y su obra, este epistolario nos ofrece el latido de la vida de esta mujer excepcional a lo largo de treinta años de exilio. Una mujer que recuerda con nostalgia el pasado, pero vive intensamente el presente, con un optimismo vital inquebrantable.
Las 307 cartas que componen este epistolario familiar del exilio de María Lejárraga son un magnífico fresco de lo que fue su vida lejos de España, de donde partió en un viaje sin retorno el 19 de octubre de 1936, y permiten al lector recomponer su largo destierro, primero en Francia, más tarde en México, tras una breve estancia en Estados Unidos, y finalmente en Argentina. La especial relación que mantuvo con su hermano Alejandro, quien además actuó como su agente o representante en España, añade a su elevado interés vital y humano una dimensión esencial para conocer a la escritora durante esos largos años de exilio: las dificultades y penurias de los primeros momentos en la Francia ocupada, la necesidad de reinventarse como autora cuando Gregorio Martínez Sierra muere en 1947, la decisión de buscar nuevos horizontes en América a los 75 años, la imposibilidad de estrenar su teatro en Buenos Aires, su lucha infatigable por la vida, su dedicación plena a la literatura, sus proyectos y sus decepciones… Al margen de la relación con los suyos, único vínculo firme con la patria perdida, y de las múltiples noticias de primera mano sobre su vivir cotidiano y su obra, este epistolario nos ofrece el latido de la vida de esta mujer excepcional a lo largo de treinta años de exilio. Una mujer que recuerda con nostalgia el pasado, pero vive intensamente el presente, con un optimismo vital inquebrantable.
Las 307 cartas que componen este epistolario familiar del exilio de María Lejárraga son un magnífico fresco de lo que fue su vida lejos de España, de donde partió en un viaje sin retorno el 19 de octubre de 1936, y permiten al lector recomponer su largo destierro, primero en Francia, más tarde en México, tras una breve estancia en Estados Unidos, y finalmente en Argentina. La especial relación que mantuvo con su hermano Alejandro, quien además actuó como su agente o representante en España, añade a su elevado interés vital y humano una dimensión esencial para conocer a la escritora durante esos largos años de exilio: las dificultades y penurias de los primeros momentos en la Francia ocupada, la necesidad de reinventarse como autora cuando Gregorio Martínez Sierra muere en 1947, la decisión de buscar nuevos horizontes en América a los 75 años, la imposibilidad de estrenar su teatro en Buenos Aires, su lucha infatigable por la vida, su dedicación plena a la literatura, sus proyectos y sus decepciones… Al margen de la relación con los suyos, único vínculo firme con la patria perdida, y de las múltiples noticias de primera mano sobre su vivir cotidiano y su obra, este epistolario nos ofrece el latido de la vida de esta mujer excepcional a lo largo de treinta años de exilio. Una mujer que recuerda con nostalgia el pasado, pero vive intensamente el presente, con un optimismo vital inquebrantable.