Poco hombre - Pedro Lemebel
«La rabia es la tinta de mi escritura» decía Pedro Lemebel, escritor, artista, agitador y uno de los mejores cronistas latinoamericanos contemporáneos. Símbolo de la disidencia sexual y de la resistencia contra la dictadura de Pinochet, Lemebel brindó voz a los sin voz en sus brillantes crónicas. Y lo hizo valiéndose de una prosa barroca y musical, que supone toda una reivindicación del goce y la erótica de las palabras.
Difíciles de encasillar, sus escritos son una invitación a recorrer los márgenes urbanos y sociales, allí donde para él anidaba la verdadera subversión. Crónicas que lograron visibilizar las desigualdades, las relaciones de poder y la marginalización de los pobres, las mujeres y los homosexuales durante el régimen militar y la incipiente democracia chilena, reivindicando la transgresión como una forma de resistencia.
Poco hombre es una selección de sus mejores piezas escritas a lo largo de más de dos décadas, a cargo del crítico y editor Ignacio Echevarría. Los textos agrupados en este volumen suponen una inmejorable puerta de entrada para conocer esta faceta de un artista único e irrepetible, cuyo mensaje es hoy más vigente que nunca.
Lemebel no necesita escribir poesía para ser el mejor poeta de mi generación. Nadie llega más hondo que Lemebel.
—Roberto Bolaño
Pienso en quienes salieron del clóset gracias a Lemebel, pero no me refiero solamente –lo que ya sería bastante– a los que después de leerlo se atrevieron a enfrentar su identidad sexual, sino también a quienes, homosexuales o no, gracias a él descubrieron o redescubrieron el brillo y el poderío de las palabras, la necesidad de una escritura, su urgencia: porque escribir de verdad, mirando a quienes amamos y a quienes odiamos de frente, y sobre todo intentando, por más que cueste o que duela, mirar hacia el fondo de nosotros mismos, es siempre salir del clóset.
—Alejandro Zambra
A través de sus crónicas urbanas, Lemebel no sólo borraba las esquemáticas fronteras entre los géneros, sino que revitalizaba la literatura local y daba sentido ciudadano a las palabras que nos propinaba en la cara.
—Alejandra Costamagna
Es la memoria de los que él reclama como suyos (la memoria de los humillados, de los marginados, de los silenciados) la que invoca frente a la ficción de la Historia, ese relato, como decía Benjamin, escrito por los vencedores de ayer, que son los dominadores de hoy.
—Ignacio Echevarría
«La rabia es la tinta de mi escritura» decía Pedro Lemebel, escritor, artista, agitador y uno de los mejores cronistas latinoamericanos contemporáneos. Símbolo de la disidencia sexual y de la resistencia contra la dictadura de Pinochet, Lemebel brindó voz a los sin voz en sus brillantes crónicas. Y lo hizo valiéndose de una prosa barroca y musical, que supone toda una reivindicación del goce y la erótica de las palabras.
Difíciles de encasillar, sus escritos son una invitación a recorrer los márgenes urbanos y sociales, allí donde para él anidaba la verdadera subversión. Crónicas que lograron visibilizar las desigualdades, las relaciones de poder y la marginalización de los pobres, las mujeres y los homosexuales durante el régimen militar y la incipiente democracia chilena, reivindicando la transgresión como una forma de resistencia.
Poco hombre es una selección de sus mejores piezas escritas a lo largo de más de dos décadas, a cargo del crítico y editor Ignacio Echevarría. Los textos agrupados en este volumen suponen una inmejorable puerta de entrada para conocer esta faceta de un artista único e irrepetible, cuyo mensaje es hoy más vigente que nunca.
Lemebel no necesita escribir poesía para ser el mejor poeta de mi generación. Nadie llega más hondo que Lemebel.
—Roberto Bolaño
Pienso en quienes salieron del clóset gracias a Lemebel, pero no me refiero solamente –lo que ya sería bastante– a los que después de leerlo se atrevieron a enfrentar su identidad sexual, sino también a quienes, homosexuales o no, gracias a él descubrieron o redescubrieron el brillo y el poderío de las palabras, la necesidad de una escritura, su urgencia: porque escribir de verdad, mirando a quienes amamos y a quienes odiamos de frente, y sobre todo intentando, por más que cueste o que duela, mirar hacia el fondo de nosotros mismos, es siempre salir del clóset.
—Alejandro Zambra
A través de sus crónicas urbanas, Lemebel no sólo borraba las esquemáticas fronteras entre los géneros, sino que revitalizaba la literatura local y daba sentido ciudadano a las palabras que nos propinaba en la cara.
—Alejandra Costamagna
Es la memoria de los que él reclama como suyos (la memoria de los humillados, de los marginados, de los silenciados) la que invoca frente a la ficción de la Historia, ese relato, como decía Benjamin, escrito por los vencedores de ayer, que son los dominadores de hoy.
—Ignacio Echevarría
«La rabia es la tinta de mi escritura» decía Pedro Lemebel, escritor, artista, agitador y uno de los mejores cronistas latinoamericanos contemporáneos. Símbolo de la disidencia sexual y de la resistencia contra la dictadura de Pinochet, Lemebel brindó voz a los sin voz en sus brillantes crónicas. Y lo hizo valiéndose de una prosa barroca y musical, que supone toda una reivindicación del goce y la erótica de las palabras.
Difíciles de encasillar, sus escritos son una invitación a recorrer los márgenes urbanos y sociales, allí donde para él anidaba la verdadera subversión. Crónicas que lograron visibilizar las desigualdades, las relaciones de poder y la marginalización de los pobres, las mujeres y los homosexuales durante el régimen militar y la incipiente democracia chilena, reivindicando la transgresión como una forma de resistencia.
Poco hombre es una selección de sus mejores piezas escritas a lo largo de más de dos décadas, a cargo del crítico y editor Ignacio Echevarría. Los textos agrupados en este volumen suponen una inmejorable puerta de entrada para conocer esta faceta de un artista único e irrepetible, cuyo mensaje es hoy más vigente que nunca.
Lemebel no necesita escribir poesía para ser el mejor poeta de mi generación. Nadie llega más hondo que Lemebel.
—Roberto Bolaño
Pienso en quienes salieron del clóset gracias a Lemebel, pero no me refiero solamente –lo que ya sería bastante– a los que después de leerlo se atrevieron a enfrentar su identidad sexual, sino también a quienes, homosexuales o no, gracias a él descubrieron o redescubrieron el brillo y el poderío de las palabras, la necesidad de una escritura, su urgencia: porque escribir de verdad, mirando a quienes amamos y a quienes odiamos de frente, y sobre todo intentando, por más que cueste o que duela, mirar hacia el fondo de nosotros mismos, es siempre salir del clóset.
—Alejandro Zambra
A través de sus crónicas urbanas, Lemebel no sólo borraba las esquemáticas fronteras entre los géneros, sino que revitalizaba la literatura local y daba sentido ciudadano a las palabras que nos propinaba en la cara.
—Alejandra Costamagna
Es la memoria de los que él reclama como suyos (la memoria de los humillados, de los marginados, de los silenciados) la que invoca frente a la ficción de la Historia, ese relato, como decía Benjamin, escrito por los vencedores de ayer, que son los dominadores de hoy.
—Ignacio Echevarría